¿Debo congelar mis óvulos?
La tecnología de la criopreservación de Ovocitos se ha desarrollado de manera espectacular en los últimos años. En la actualidad, cualquier mujer que lo desee puede guardar sus óvulos criopreservados con la esperanza razonable de que cuando los “descongele”, la inmensa mayoría de ellos van a sobrevivir y van a poder servir para ser fecundados e implantados.
Pero, aunque la tecnología existe, ¿debo hacerlo?
Responder a esa pregunta no es fácil. La causa más habitual de que una mujer decida criopreservar sus óvulos es su deseo ser madre en un futuro en el que probablemente la edad hará que sea mucho más difícil quedar embarazada, tanto de manera natural como con ayuda de técnicas de reproducción asistida.
Parece claro que una mujer joven que va a ser sometida a un tratamiento con quimioterapia que puede dañar seriamente sus ovarios, sería una candidata para criopreservar sus óvulos. Otra cosa es que, en esos casos, sea recomendable hacer un ciclo de un mes para estimulación con hormonas a altas dosis. A veces, la quimio no debe demorarse tanto tiempo, ni el tratamiento hormonal es lo más adecuado para según qué tipo de tumores. Son casos en los que hay que personalizar las indicaciones.
¿Y en los demás casos? ¿En las mujeres que tienen 34 – 38 – 40 – 42 años y no tienen pareja, pero esperan tenerla o desean afrontar la maternidad en solitario con semen de donante unos años después? ¿O en parejas que desean posponer la maternidad hasta mas allá de los 40 por diferentes motivos?
En todos estos casos, la posibilidad de criopreservar ovocitos existe, pero para hacerlo debe tener en cuenta lo siguiente:
La criopreservación exige obtener un número suficiente de ovocitos de manera que, tras la descongelación, las posibilidades de embarazo y de que nazca un niño sano sean máximas. La obtención de un número alto de ovocitos se hace mediante estimulación de los ovarios con hormonas a dosis altas durante poco tiempo y extrayendo los óvulos de los ovarios mediante punción ecoguiada a través de la vagina. Con la paciente sedada, de la misma manera que en los ciclos de FIV.
Se estima que la máxima posibilidad de gestación posterior se tiene cuando al menos hay 10 ovocitos guardados, aunque lo ideal sería 15. En algunas mujeres, conseguir ese número en un solo ciclo de estimulación es imposible y, en ocasiones, hay que hacer 2 o 3 ciclos para lograrlo.
Debe saberse también que la “vitalidad” de los ovocitos (entendiendo vitalidad como capacidad de ser fecundados y desarrollar un embrión sano) disminuye con la edad. Hay que entender que tras la descongelación, los ovocitos tienen la vitalidad que tenían antes. No la mejoran. Es decir, si una mujer congela sus ovocitos a los 42 años, seguro que muchos de ellos tienen baja vitalidad. Si los descongela a los 45, sus ovocitos se comportarán como lo habrían hecho a los 42. No puede esperarse mejoría alguna.
Por el contrario, cuando las mujeres criopreservan ovocitos a edades jóvenes, por debajo de los 35 años, tanto la cantidad como la calidad de los mismos es mucho mejor. En estos casos, lo que dice la experiencia es que muchas de estas mujeres jóvenes (más del 70 %) finalmente no usan sus ovocitos porque consiguen gestaciones de manera natural o porque desisten de su idea de maternidad.
Si quisiéramos tomar en consideración todos los anteriores factores (intentar que el número de ovocitos sea suficiente, pretender que la calidad de los mismos sea aceptable, evitar el gasto de congelarlos para luego no usarlos) encontraríamos que la edad a la que más merece la pena congelar ovocitos si se dan esas circunstancias de querer posponer la maternidad, sería la de 37 años aproximadamente.
Una cosa es lo ideal y otra lo real. Cada mujer es ella con sus circunstancias y si tiene dudas sobre qué hacer, debe consultar con su ginecólogo, quien le ayudará a informarse bien y a tomar la decisión más oportuna.