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La importancia de los miomas

Médico especialista en Obstetricia y Ginecología, con formación especializada en Reproducción Humana. Actualmente ejerce como facultativo especialista del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Reina Sofía de Tudela.

Es frecuente que las mujeres sean diagnosticadas de tener uno o varios miomas en el útero en algún momento de su vida.  Se estima que más del  50% pueden tener algún mioma. Así que ese diagnóstico es común.

Un mioma es un nódulo o tumor benigno del útero. Está formado por tejido muscular (el propio útero está formado por tejido muscular, un músculo que es capaz de contraerse y hacer que, por ejemplo, pueda nacer un bebé), pero en el caso de los miomas, ese músculo está desordenado y compactado, formando una especie de bolas que pueden aparecer en distintos sitios del útero.

Los miomas pueden  aparecer en cualquier edad pero, mayoritariamente, lo hacen cuando las mujeres tienen cambios hormonales, lo que ocurre por encima de los 35 años. Pueden crecer mucho en el embarazo y tras el parto disminuyen. Y también disminuyen en número y tamaño tras la menopausia, cuando la producción de hormonas se minimiza.

Los miomas no malignizan.  Hay tumores malignos muy raros del músculo uterino que se denominan sarcomas. Pero los sarcomas lo son desde el principio. Aunque sí es cierto que los sarcomas pueden comportarse como «miomas» a veces durante muchos años y además su diagnóstico es  muy difícil.

Los miomas deben ser tratados solo en algunos pocos casos. En la mayor parte de casos, no se precisa tratamiento alguno. Pero si crecen y crecen, si producen sangrados anómalos, si afectan a la cavidad uterina y una mujer desea un embarazo, si producen dolor tanto espontáneo  como durante la regla o en las relaciones sexuales. Si comprimen órganos vecinos como la vejiga y el recto, en estos casos, deben ser tratados.

El tratamiento de los miomas puede ser médico (tratamiento con anticonceptivos, análogos de la FSH, o, mas recientemente, un eficaz fármaco llamado Ulipristal).  O puede ser quirúrgico (extirpación mediante laparoscopia, histeroscopia o mediante cirugía clásica, según la localización y el tamaño y número de miomas).

Pero aunque no precisen tratamiento, los miomas deben ser vigilados y evaluados periódicamente en la consulta de Ginecología mediante la práctica de una ecografía que mida su tamaño y su número para evaluar tanto la sintomatología que puedan producir como el posible crecimiento o aparición de mas y mas miomas.

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